viernes, 13 de mayo de 2011

¿Te vienes al ensayo?

Los ensayos de una banda pueden llegar a ser desde una experiencia mágica a uno de los momentos más terriblemente tediosos a los que te puedas enfrentar en esta vida.
Si tienes la suerte de que exista algún concierto en puertas o que el grupo trabaje versiones puedes llegar a disfrutar de un concierto personal, íntimo y puede que muy satisfactorio, pero, ¡ay de ti! si acudes justo en el, digamos, momento espiritualmente compositivo de la banda:
Una canción se puede llegar a repetir hasta diez o quince veces y no esperes que suene de principio a fin sino que una vez comenzada, pasarán escasos segundos antes de escuchar el primer ¡para! que da lugar a un análisis exhaustivo de qué es lo que ha estado haciendo cada uno de los músicos. De ahí; a una retahila de choques de egos, alegrías, conflictos, miradas, soplidos, baterías descompensadas, bajos demasiado altos, algún acorde imposible. Si piensas en ello ¡es normal! Ten en cuenta que posiblemente estará cociéndose el riff que nunca jamás nadie en este mundo haya escuchado antes (posiblemente nunca lo hagan) y éso lleva su tiempo.
¡Y claro que todo dependerá de la banda de que se trate! pero no importa lo que pase, ellos la mayoría de las veces se lo pasarán genial, pero, un consejo, si vas de invitado: Antes de ir, pregunta primero a qué hora termina el ensayo y asiste sólo a la última media hora.

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