Es que llevar el apellido Dylan debe ser algo así como una bendición y una maldición, absolutamente una carga sin duda, sobre todo cuando dedicas tu vida al mundo de la música.
El hijo de Bob Dylan, Jakob lo debe saber bien.
Primero disfrazó este hecho bajo el pseudónimo de una banda, The Wallflowers, publicando cinco albunes entre 1992 y 2005. En 2008, suponiéndose ya con un bagaje musical suficiente para su lanzamiento en solitario publica "Seeing Things", en formato acústico y con temas en la onda de su anterior banda demuestra que de apedillarse "López", por ejemplo, también podría haber tenido la suerte de estar donde está.
En "Women and Country" Jakob ya no pretende huir de la música folk americana y lanza un albun que no resulta pese a su título un disco de country clásico al uso, sino que se nutre del estilo "americana" que practican la mayoría de songwriters jóvenes en la actualidad.
El album resulta correctísimo y muy fácilmente asimilable, sosegado, sin riesgos pero efectivo, que gana con las escuchas.
Definitivamente Jakob Dylan merece estar ahí, puede que incluso más.
El hijo de Bob Dylan, Jakob lo debe saber bien.
Primero disfrazó este hecho bajo el pseudónimo de una banda, The Wallflowers, publicando cinco albunes entre 1992 y 2005. En 2008, suponiéndose ya con un bagaje musical suficiente para su lanzamiento en solitario publica "Seeing Things", en formato acústico y con temas en la onda de su anterior banda demuestra que de apedillarse "López", por ejemplo, también podría haber tenido la suerte de estar donde está.
En "Women and Country" Jakob ya no pretende huir de la música folk americana y lanza un albun que no resulta pese a su título un disco de country clásico al uso, sino que se nutre del estilo "americana" que practican la mayoría de songwriters jóvenes en la actualidad.
El album resulta correctísimo y muy fácilmente asimilable, sosegado, sin riesgos pero efectivo, que gana con las escuchas.
Definitivamente Jakob Dylan merece estar ahí, puede que incluso más.
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