Es indudable. El carismático Marylin Manson ya no arrastra las masas de antaño. Su carrera a quedado relegada a una sombra de lo que construyó a base de albunes de la talla de "Portrait of an American Family" o "Antichrist Superstar" y su fama en los medios cae en picado.
Sin embargo, desde mi punto de vista Mr. Hugh Warner sigue jugando excelentemente con esas extrañas melodías metálicas que lo encumbraron, aunque ahora, hay que reconocer, poseen éstas menor originalidad debido en gran parte a que el factor sorpresa del artista ha desaparecido.
Deberiamos agradecer que aún hoy en día, el reverendo Manson siga ofreciéndonos nuevos albunes y no se le haya ocurrido sumergirse en una mansión de gruesos muros agobiado por las tesituras de sus actuales circunstancias o lanzando discos insulsos, repitiéndose una y otra vez en eternos recopilatorios o cosas peores incluso.
Y es que ya le ocurrió anteriormente a Osbourne, a Pop, a Halford y a tantos otros que sufrieron la ausencia de días de gloria sin quererlo. El tiempo volverá a poner las cosas en su sitio, los puntos sobre las "ies" y tanto el "Eat me, Drink me" como "The High end of low" aunque no se puedan comparar a sus primeras obras están sin embargo muy por encima del contexto en el que vive el rock actual y cualquier nueva banda mediocre con aires de estrella , de esas que apoyan hoy en día los medios, mataría por llegar a la suela de la bota de plataforma del reverendo.
Sin embargo, desde mi punto de vista Mr. Hugh Warner sigue jugando excelentemente con esas extrañas melodías metálicas que lo encumbraron, aunque ahora, hay que reconocer, poseen éstas menor originalidad debido en gran parte a que el factor sorpresa del artista ha desaparecido.
Deberiamos agradecer que aún hoy en día, el reverendo Manson siga ofreciéndonos nuevos albunes y no se le haya ocurrido sumergirse en una mansión de gruesos muros agobiado por las tesituras de sus actuales circunstancias o lanzando discos insulsos, repitiéndose una y otra vez en eternos recopilatorios o cosas peores incluso.
Y es que ya le ocurrió anteriormente a Osbourne, a Pop, a Halford y a tantos otros que sufrieron la ausencia de días de gloria sin quererlo. El tiempo volverá a poner las cosas en su sitio, los puntos sobre las "ies" y tanto el "Eat me, Drink me" como "The High end of low" aunque no se puedan comparar a sus primeras obras están sin embargo muy por encima del contexto en el que vive el rock actual y cualquier nueva banda mediocre con aires de estrella , de esas que apoyan hoy en día los medios, mataría por llegar a la suela de la bota de plataforma del reverendo.
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